Hacía tiempo que me venía rondando en la cabeza la idea de dedicar algunas tardes a fotografiar el patrimonio minero de Laciana, que está deteriorándose, cuando no perdiéndose, sin que nadie haga nada por intentar conservarlo. A ese patrimonio, que a mí me interesa como parte viva de la memoria del valle, podría buscársele también una rentabilidad económica, pero de seguir por el camino actual dentro de poco tiempo será imposible ponerlo en valor tanto cultural como económicamente. Una buena excusa para comenzar ese trabajo fotográfico, que pretendo esté a medio camino entre lo documental y lo creativo, ha sido la convocatoria, por parte del Ayuntamiento de Villablino, del I Certamen Fotográfico “El Patrimonio de Laciana”. Cuando me enteré de esta convocatoria apenas quedaban ocho o diez días para que finalizase el plazo de presentación de las fotografías. Decidí hacer y presentar algunas fotos del Pozo María, aun sabiendo que este patrimonio “destartalado” podría no ser del agrado del jurado, cosa que tampoco me importaba demasiado. Elegí el Pozo María porque se trata de un emblema en la historia minera de la comarca, lo elegí como símbolo de ese rico patrimonio minero que está a punto de perderse. Allí, del intento de cierre de ese Pozo, nacieron las movilizaciones mineras de 1992 que dieron lugar a la famosa marcha negra que llevó a unos 500 mineros de Laciana, andando, desde Villablino hasta Madrid en defensa de sus puestos de trabajo y de un futuro digno para este valle minero. Entonces yo tenía 29 años, vivía en Valladolid, y recuerdo muy bien la entrada de los mineros en la ciudad atravesando, entre aplausos, el Puente Mayor, lleno de la gente que habíamos salido a recibirles. De ninguna manera podía yo imaginar entonces que acabaría viviendo en Laciana (quién sabe por cuántos años). Por eso elegí el Pozo María, porque sigue ahí invitándonos desde su ruina a no olvidar la historia de solidaridad y lucha que ha forjado la memoria de este valle en los últimos 100 años. Y ahora me encuentro con que a las fotos que he presentado ha tenido a bien el jurado otorgarle una mención especial. Se lo agradezco. Ojalá sirvan estas fotos para despertar el interés por conservar el patrimonio minero de Laciana, quizá podamos aún evitar su desaparición. A las gentes que desde su esfuerzo lo crearon están dedicadas.
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