martes, abril 14, 2009

La voz de los árboles

Me ha gustado mucho este poema del venezolano Eugenio Montejo. La sencillez de estos versos me ha atrapado. Y ese grito que no sabe el poeta cómo anotar lleva resonando en mí varios días; ni se va ni se queda, sólo respira pausado, a la espera, es voz de árbol.



Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco más nos llega, casi nada.

Es difícil llenar un breve libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.

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