sábado, enero 05, 2013

Esteban Vicente


Pintar no es un trabajo, pintar es pintar.
Esteban Vicente

En 1998 me fascinó una exposición retrospectiva de Esteban Vicente que se realizó en Valladolid. Aquellos cuadros llenos de color y calmas, expuestos en la iglesia del Monasterio del Prado, me impactaron y sedujeron de tal manera que visité la muestra  varias veces. De cada una de aquellas visitas recuerdo la sensación de asombro ante el caudal de color que lo inundaba todo y el armonioso reguero de matices que vivía en cada lienzo. He pensado alguna vez que allí descubrí lo que es de verdad el color. Porque el color era en esos cuadros un imán que impedía salir de la sala y uno daba vueltas y vueltas sumergido en aquella inyección de sosiego, descubriendo, tras cada mirar, lo que de drástico existía también en aquellas obras. Aquel mismo año, 1998, se inauguró en Segovia el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente. Desde entonces tenía ganas de visitar este museo, pero Segovia, una ciudad tan cercana, se resistía a la visita (quizá hayan pasado diecisiete años desde la última vez que estuve allí). El jueves pasado me acerqué a ella, al museo vivo que son sus calles y al museo dedicado a Esteban Vicente. Y todo me sorprendió de nuevo: la ciudad, hermosa y viva; el museo, con dos salas que devolvieron a mis ojos al color.

 *Fotografía extraída de la página web www.españaescultura.es

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