martes, octubre 18, 2005

La noticia

Alrededor de 480 personas dejan de fumar cada día en España, unos voluntariamente y otros porque fallecen.
Radio Nacional de España, 17 de octubre de 2005, Programa: El suplemento.

Hace tres años y siete días que no fumo y acabo de enterarme de que aquel 11 de octubre de 2002 otras 479 personas hicieron lo mismo que yo; unas, por lo que cuenta la noticia, con más suerte que otras. De los que dejaron el nefando vicio en esa fecha está claro que entronco en el grupo de “voluntariamente”; si estuviera en el otro, en el de “porque fallecen”, dada su eficacia e irreversibilidad, no estaría escribiendo en este blog.
Lo que nunca me había parado a pensar, y la noticia me invitó a ello, es el beneficio que para los fumadores pasivos representan, por ejemplo, los muertos en accidentes laborales -que en la construcción y el transporte, que es donde más se producen, se fuma mucho-. Imagina uno al Secretario del Juzgado levantando el cadáver y anotando, entre otras cosas importantes, si el muerto era fumador o no.

-¿Y a quién le importa?
-Es para la estadística de los que dejan de fumar, nos lo piden del INE.
-¡Ah!

Pero hay una cosa que me turba, que me llena de inquietud y a la que no paro de darle vueltas: Si un fumador se descerraja un tiro en la boca ¿engrosará el porcentaje de “voluntariamente” o el de “porque falleció”?

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