Ignacio de Luzán (1702-1754), en las páginas iniciales del primer libro de Poética, sentencia: "En las grandes empresas, aunque el éxito no sea feliz, sirve de galardón la gloria de haberse atrevido". Lo que es una gran empresa deberá cada uno decidirlo porque, por mucho que le pese al nuevo Papa Benedicto, hay cosas que siempre serán relativas.
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