Firmó, impasible, el decreto que establecía el cierre de la
Unidad del Dolor durante los meses de julio y agosto. Después, su secretario le
trajo, para prevenir, claro, un gelocatil. Estas tardes de calor, al pobre
gerente, se le ponía un dolor de cabeza insoportable. Sí, insoportable.
martes, julio 09, 2013
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