Sonríe con los dientes afilados, como si siempre
estuviera dispuesto a hincarle el diente al primero que pase, como si sintiera
la obligación permanente de demostrar que él siempre está, un poco o un mucho,
por encima de los demás. Tiene una mirada altiva, sobrada, esa mirada en la que
siempre puede leerse un cierto engreimiento, el convencimiento de que él está
donde está porque sabe y los demás estamos donde estamos gracias a él y a otros
como él que nos lo han permitido. Un tipo, como sus amigos, forjado en la
lucha, el sacrificio y el esfuerzo por salir adelante en la vida. Un buen chico este
Wert. Como su jefe y la inmensa mayoría de sus compañeros de acción política. Personas
que medraron en el partido gracias a la cultura del esfuerzo que tanto
proclaman estos hombres y mujeres que las han pasado putas en la vida, que han
superado pruebas que nosotros, el común de los mortales, ni imaginamos. Tantos
y tantos esforzados políticos. Todos listísimos, tan exigentes ellos. Pero lo
que más me llama la atención son esas casualidades que hacen que todos los
listos caigan en la misma cesta. Quiero decir que es sorprendente que sean tan
listos todos los niños del colegio de El Pilar, tan capaces ellos para ser
ministros, de uno y otro color, tan esforzados, que ya se les nota en primaria
la vocación, la mismita, en muchas ocasiones, que su padre o su abuelo. Que
sorprende cuántos ministros son amigos desde la carrera, qué casualidad toda
esa sabiduría junta en una promoción, que sirven lo mismo para un roto que para
un descosido, ayer para secretarios de estado, antes para directores generales,
hoy para ministros y al siguiente día para presidentes de algún consejo de
administración. Que sorprende el que en algunas familias llegue, casualidad, a
hermanarse gente tan esforzada y exitosa, diputados y diputadas hijos de,
eurodiputados cuñados de, asesores de ministros hermanos de, consejeros maridos
o mujeres de, hasta ex de pueden encontrase en puestos para los que, aunque
fueron nombrados a dedo, lo fueron por el único motivo de su capacidad para la
buena gestión. La familia, la familia, la familia, querido Vito. Ya lo dije, todos y todas listísimos, todos ocupando
puestos públicos para los que han sido nombrados por su contrastado saber
hacer, todos recordando aquellos primeros pasos de su sacrificada vida laboral,
sus denodados esfuerzos para conseguir su primer puesto de trabajo, su primer
sueldo a sus 22 años, empezar desde abajo, sí, desde abajo, como presidentes de
alguna comisión o como concejales de obras y servicios en un ayuntamiento en
expansión de la periferia o como diputados o asesores bien pagados de algún
director general de confianza con el que aprender algunos ardiles necesarios en
la vida, porque, aunque son muy listos, con esa edad aún no lo saben todo y se
ven en la obligación de empezar desde abajo con un buen cargo. Qué penurias ha
pasado esta gente, qué esfuerzos ímprobos han tenido que hacer para llegar al
poderoso lugar que ocupan, cuánta sabiduría ha tenido que derrochar esta banda
de oligarcas. Por eso les jode, y a su ministro de educación más, que la gran
mayoría de la población tenga la oportunidad de formarse más allá de lo que su
familia, ésta sí, con verdadero esfuerzo, pueda darle. Solidaridad, justicia e
igualdad. La oligarquía que nos gobierna nunca entenderá esas tres palabras
porque ponen en peligro su statu quo. Las constantes salidas de tono, casi
insultantes, del ministro Wert y su proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa
(LOMCE) obedecen a eso, dinero y poder siempre en las manos de unos pocos. Y
esos pocos siempre son los mismos. Otra casualidad, y ya está uno harto de
casualidades.
*Escribí este texto ayer, y hoy, ésta sí que es una casualidad agradable, me encuentro con esta viñeta de Sansón en El Norte de Castilla. Disfrútenla, creo que hablamos de los mismo pero él lo expresa muchísimo mejor.
*Escribí este texto ayer, y hoy, ésta sí que es una casualidad agradable, me encuentro con esta viñeta de Sansón en El Norte de Castilla. Disfrútenla, creo que hablamos de los mismo pero él lo expresa muchísimo mejor.
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