Erja Lyytinen, para no perdérsela

La casualidad quiso que el día 29 de noviembre leyese en la prensa que aquella tarde actuaba en el Teatro Bergidum, en el XVIII Festival Internacional de Guitarra de Ponferrada, Erja Lyytinen. Jamás había oído su nombre, pero la noticia hablaba de esta finlandesa como de una guitarrista que mezclaba blues con elementos de jazz, pop y country. Con esas premisas, y teniendo por toda alternativa una anodina tarde de jueves por delante, ¿por qué no acercarme a verla? Lo peor que podía pasar era tirar los 6 euros (sí, sólo 6 euros) de la entrada y perder el tiempo del viaje. Decidí bajar. En el teatro apenas se había completado la mitad del aforo cuando comenzó, puntual, el concierto. Desde el inicio la menuda Erja se hizo dueña del escenario. Acompañada de sus guitarras eléctricas y de tres excelentes músicos (guitarra, bajo y batería) fue una gozada escuchar a esta mujer llegada del hielo finlandés, ¡cómo calentó el ambiente con su fantástica voz y sus solos de guitarra! Los que allí estábamos disfrutamos de uno de esos conciertos que, de forma inesperada -porque uno no esperaba más que pasar un buen rato-, se convierten en inolvidables. No sé si triunfará en los grandes circuitos el blues rico de Erja, su estar sólido y amable, su virtuosismo con las guitarras eléctricas, no lo sé, pero no lo necesita para ser la excelente artista que ya es. Súmenle a esas cualidades una simpatía arrolladora y una entrega total para con el público y podrán hacerse una idea de la noche especial que la finlandesa nos hizo vivir en el Bergidum. Éste fue su primer concierto en España; el segundo, con el que remataba esta visita, lo dio al día siguiente en Mieres (Asturias). Estuve a punto de volver a verla, pero todavía me hervía la piel y quise evitar la posibilidad de quemarme dos veces en tan corto espacio de tiempo, no fuese a ser que la herida se convirtiese en incurable. Si algún día vuelve, por favor, no se la pierdan.